Marruecos-Francia, 1971
Acrílico sobre lienzo
Zini, en #4 de la serie "Diario de San Pablo, Hoteles del crack", nos sumerge en una escena desgarradora donde dos mujeres se ven obligadas a prostituirse para obtener su dosis de crack en los hoteles de São Paulo. La artista captura un momento de conversación casual en un entorno decadente, poniendo en primer plano la vulnerabilidad y la adicción de sus protagonistas.
La técnica pictórica de Zini es notable por su uso de una paleta vibrante que, paradójicamente, no revela directamente lo sombrío del ambiente. Sin embargo, esta elección cromática crea un aura palpable que envuelve a las mujeres, subrayando la tensión entre la vitalidad del color y la crudeza de la realidad representada.
Los personajes de la escena nos interpelan desde su cotidianidad, obligándonos a reflexionar sobre múltiples aspectos de la realidad social:
A través de esta obra, Zini no solo documenta una realidad social alarmante, sino que también nos invita a cuestionar nuestras propias percepciones y responsabilidades frente a estas problemáticas urbanas. La artista logra transformar una escena de aparente cotidianidad en un poderoso comentario sobre la condición humana en los márgenes de la sociedad contemporánea.
Zini, in #4 of the series "São Paulo Diary, Crack Hotels," immerses us in a heart-wrenching scene where two women are forced to prostitute themselves to obtain their crack dose in São Paulo's hotels. The artist captures a moment of casual conversation in a decadent environment, bringing to the forefront the vulnerability and addiction of her protagonists.
Zini's pictorial technique is remarkable for its use of a vibrant palette that, paradoxically, does not directly reveal the grimness of the surroundings. However, this chromatic choice creates a palpable aura that envelops the women, underscoring the tension between the vitality of color and the rawness of the reality depicted.
The characters in the scene confront us from their everyday life, compelling us to reflect on multiple aspects of social reality:
Through this work, Zini not only documents an alarming social reality but also invites us to question our own perceptions and responsibilities in the face of these urban issues. The artist manages to transform a scene of apparent everyday life into a powerful commentary on the human condition at the margins of contemporary society.
En su obra, que abarca esencialmente la pintura y la instalación, Myriam Zini investiga la poética de la ausencia y los paisajes humanos deteriorados, buscando generar una reflexión sobre los vestigios del presente y las imágenes producidas por la cultura de masas.
Se ha formado en la Escola Panamericana de Artes de San Pablo y en varios talleres y clínicas de arte. Su trabajo ha sido exhibido en exposiciones individuales y colectivas desde 2010. Es miembro de los colectivos Fac (Fundación de Arte Contemporáneo, UY) desde 2016 y Uncool Artist (EE-UU) desde 2021. En 2024, ha recibido el Premio de Pintura Julio Alpuy en el 61° Premio Nacional de Artes Visuales.
A partir de las fotografías de un artículo de prensa, intento transmitir la fragilidad de mujeres que viven y trabajan en "hoteles" de la zona llamada crackolandia en el centro de San Pablo, en habitaciones con paredes agrietadas, ventanas tapiadas, colchones sin sábanas.
In her work, which essentially encompasses painting and installation, Myriam Zini explores the poetics of absence and deteriorated human landscapes, seeking to generate reflection on the vestiges of the present and the images produced by mass culture.
She has trained at the Panamerican School of Arts in São Paulo and in various art workshops and clinics. Her work has been exhibited in solo and group exhibitions since 2010. She is a member of the collectives Fac (Foundation of Contemporary Art, UY) since 2016 and Uncool Artist (USA) since 2021. In 2024, she received the Julio Alpuy Painting Award at the 61st National Visual Arts Prize.
Based on photographs from a press article, I attempt to convey the fragility of women who live and work in "hotels" in the area called Cracolândia in downtown São Paulo, in rooms with cracked walls, boarded-up windows, and mattresses without sheets.